sábado, 29 de junio de 2013

Las alas de la Libertad




Al igual que los frutales cuando les llega su estación dan sus frutos, y las plantas con unos cuantos mimos dan sus flores, ¿Íbamos a ser menos nosotros? Cuando  enseñamos a la mente a discernir, y la acostumbramos a curtirse en la quietud y el silencio, para que no distorsione, tarde o temprano también cosechamos unos frutos que nos llegan en forma de Libertad.

¿Acaso necesitamos hacer algo para SER.? ¿O SOMOS primero y todo lo demás viene por añadidura?
Puede ser que actuemos o puede que no. Puede que estemos involucrados totalmente en la mejora de la sociedad, o puede que llevemos una vida apartada y tranquila en las soledades del campo o de una gran ciudad (que tanto monta). Puede que hayamos formado una familia y tengamos responsabilidades que cumplir, o puede que no. ¿ importa eso? Pues importa lo mismo que le puede importar a la rosa que nace en el jardín de un gran palacio, o lo hace entre los escombros de una alcantarilla, el esparcir su aroma.

La ignorancia nos hace vivir de espalda a nuestra Realidad, metidos en unos caparazones llenos de adjetivos calificativos: Que si Yo soy guapa o fea...soy lista o tonta....soy rica o pobre...soy muy espiritual, o mundana..., soy solidaria o insensible..., en fin, vivimos una vida narcisista, calculadora y miedosa. No nos atrevemos a actuar sin sopesar antes las consecuencias. ¿que imagen daré? ¿sacaré provecho? ¿se me valorará por ello?

Triste destino éste de tomarse por ser un ser humano común. Un ser humano que no se ha planteado descubrir su verdadera valía, porque se conforma con seguir metido en el mundo de las palabras, de las imágenes y de lo conocido y deja sin explorar una dimensión de la conciencia, que es la de su propio SER. Una dimensión en donde el Ser,  se ilumina en el Conocer y se hace grande en el Amor. Una dimensión en donde la mente se convierte en nuestra servidora , y no al revés, y por eso la usaremos sólo para lo que le corresponde, para lo necesario...para aprender una profesión , un idioma, conducir..cocinar....en fin para asuntos meramente funcionales. Pero en el resto de los asuntos, la mente debe de aprender a aquietarse. Debe de aprender a no interferir en los designios de una voluntad mucho más amplia que representa a la Inteligencia de la vida .

Y de esa manera tenemos la via libre hacia una Verdad que nos conduce a la Libertad... que nos da alas. No para volar como los pájaros, pero si para sobrevolar sobre las demandas de una mente infantil e inmadura, Por eso nos repetimos como un mantra cada vez que aparece ese niño llorón que a veces nos negamos a soltar: Esto no.....Esto no....Esto es parte de lo viejo, de lo conocido.... y ya sé a donde lleva....al sufrimiento y a vivir una vida partida en medio de los opuestos. Y así nos volvemos valientes e intrépidos. Hasta puede que empecemos a hacer cosas que antes no nos atreveríamos a hacer. Puede que tengamos que actuar con dureza y fuerza en algunos momentos. O puede que seamos tiernos e inocente como niños en otros. Ser moldeables a la Luz de la Conciencia conlleva eso.

Y lo importante ya está hecho. El ego ya no dispone de espacio. Hemos descubierto un Centro de Conciencia mucho más amplio desde el que vivir. Hemos cambiado nuestro centro de gravedad y basculado nuestra identidad del mundo de la experiencia y de la mente a un espacio de Conciencia vacío de todo ese ruido.  De lo tangible a lo intangible. De lo transitorio y perecedero a lo permanente que hay en nosotros. Un Centro que ni separa ni discrimina. El de nuestro SER. En donde todo lo que aparece forma parte de nosotros. Y tampoco importa mucho lo que aparece.... porque desaparecerá de la misma manera que ha aparecido.


jueves, 27 de junio de 2013

Cuidando la palabra






 ¿Nos damos cuenta de la influencia tan grande que la palabra puede llegar a ejercer sobre nosotros? ¿de que una simple frase pueda alegrarnos o amargarnos todo un día?. 
Quizá eso sea debido a que la palabra, aunque no sea un hecho, lo señala.

Por eso, ese medio tan estupendo que tenemos para comunicarnos, para expresarnos, debería de merecer un gran respeto. Debería de ser tratado como una semilla, que va a dar frutos, de acuerdo a su calidad.

 
Porque cuando nos acercamos a la fuente de la que surgen, nos encontramos con el enorme potencial de energía que las impulsa, lo que nos debería de volver más  responsables de utilizarlas de manera verídica y apropiada a cada circunstancia.

 
Hay palabras que aportan claridad a las ideas y calidez a los corazones, porque fluyen desde un centro de inteligencia pura, no contaminada por el discurso mental. Y que, alineadas con la vida, trabajan, al igual que ella, a favor de la unidad y del crecimiento.. Y de esas palabras aprendemos y nos servimos, para que den pronto frutos que puedan verse reflejados en las acciones.


Pero hay otro tipo de palabras...., Palabras que sólo entretienen,...palabras inadecuadas,  que confunden, que distorsionan. Palabras huecas, palabras falsas....palabras innecesarias, de las que deberíamos de huir lo antes posible, porque son como columnas de humo que tapan con su negrura el brillo del corazón.

Por eso las palabras pueden ejercer como barómetros para detectar la calidad de nuestra mente, porque nos alertan de muchos aspectos que nos pasan desapercibidos....encantados como estamos tantas veces con nuestros muchos personajes...... . 

Y así las palabras agrias, ácidas, sarcásticas, discriminatorias...... impulsivas.... engañosas,   ….ofensivas...vacías .....o la constante necesidad de reconocernos en las palabras....son señal inequívoca de confusión, inconsciencia y formas de desahogo de una mente distorsionada. 

Pero las palabras justas, motivadoras, comprensivas, compasivas...integradoras...son el reflejo de la inteligencia primordial de nuestros SER, al estar siempre al servicio de la verdad y de la belleza de la vida, como vehículos de una Conciencia que no las usa para entretener a las personas sino para iluminarlas y dotarlas de claridad.


jueves, 20 de junio de 2013

Hablemos del Amor...una vez más..


Decía S. Juan de la Cruz: “ A la tarde te examinarán en el amor aprende a amar como Dios quiere ser amado y olvida tu condición... Y esta frase del místico, apunta a una dirección de la que nos solemos olvidar cuando hablamos de amor.

¿ que condición se nos aconseja olvidar para descubrir lo que es AMOR Real?

Del amor solemos quedarnos con su reflejo en la forma, y por eso creemos que necesita de un objeto para poder manifestarse. Y por eso buscamos cosas o personas a las que poder amar, o que nos amen ..., . Y amamos a la gente que nos quiere , a la que que tiene nuestras mismas creencias, a nuestra familia, a nuestro pueblo, .. ,. Pero ese amor selectivo, que sólo es amor a lo que nos gusta y a lo que nos da seguridad, pero que se esconde en cuanto debe de acoger a otras partes menos atractivas de la vida ¿es Amor Real?...

Ese amor personal, no deja de ser amor hacia una parte de nosotros mismos, ya que lo que estamos amando es la seguridad, el afecto y la sensación de pertenencia que le aporta a la parte de nosotros, que aún sin iluminar, se siente pequeña e incompleta. Por eso confundimos la amplitud y poder del AMOR, con algunas de sus limitadas expresiones.

Y aunque trascendamos nuestras expectativas con las personas o cosas, aún podemos quedarnos pegados a un "amor espiritual" que al no tener forma humana, no nos ocasione sobresaltos, le llamemos Dios, Alá....Gurú...lo que sea, por lo que hacemos sacrificios y penitencias creyendo que llenarán nuestro vacío interior. Pero eso es seguir proyectando en el exterior nuestra salvación , sin entender que el AMOR forma parte esencial de nosotros, ya que más allá de nuestra forma están los tres atributos que la sustentan: Conciencia, Existencia y Amor absolutos. Y esos “amores” que sentimos son pequeños destellos del grandioso, universal y impersonal AMOR que habita en nosotros.

La mente, con sus múltiples personajes y moviéndose sólo en los límites de lo conocido,  conoce esos pálidos y limitados reflejos de un amor "personal", que potencia el sentimiento hacia lo propio, hacia lo que nos gusta y hacia lo que consideramos nuestro. Por eso lo que experimentamos a través de una identidad pequeña, no nos puede aproximar a la esencia del Amor. De un AMOR, que es la gran fuerza que unifica a todo un universo diverso y en constante dispersión

Cuando nos salimos de los límites de la memoria, olvidando y trascendiendo nuestra historia y condición personal, de la que ya conocemos sus trampas y límites, y nos aventuramos a vivir directamente y en Presencia plena, Centrados en el AHORA, es cuando ponemos las bases para que florezca esa dimensión en donde se mueve el AMOR. 
El AMOR que no elige, que no se experimenta, porque es en Sí Mísmo y se expresa en un gozoso desapego.


Dice  Nisargadatta: Deje de imaginar que usted es o que usted hace esto o aquello y la comprensión de que usted es la fuente y el corazón de todo amanecerá en usted. Con ello vendrá un gran amor que no es elección o predilección, ni apego, sino un poder que hace todas las cosas dignas de amor y amables.

viernes, 14 de junio de 2013

La lucidez y las crisis





Aunque ya reconocemos a la mente su visión fraccionada, así como los impulsos y las atracciones que la gobiernan, y somos invitados a un espacio lúcido en donde no se produce oposición ni resistencia a “lo que ES”, aún vemos que siguen apareciendo viejos “vasanas” o tendencias inconscientes, que permanecían escondidos mientras las circunstancias no los hacen detonar.

Esas situaciones que tarde o temprano se van presentando en el trascurso de la vida, y que implican una gran alteración en el orden habitual al que estamos habituados, como pueden ser graves enfermedades, accidentes, fallecimientos, separaciones, ruinas económicas.....etc , son maestros que nos señalan en lo que hemos quedado retenidos o porqué nos cuesta soltar.  Y es que todo aquello que hace saltar las alarmas, nos puede ayudar a comprender el funcionamiento del mundo emocional, para salir al encuentro del sentido más profundo de la vida.

Parece que el mundo de las ideas, resulta fácil de entender y manejar, y además podemos hacerlo sentados tranquilamente en el sofá. Pero la emoción nos “descoloca”, y sacude nuestro organismo antes de que tan siquiera nos hayamos dado cuente de ella. Se instala en alguna parte del cuerpo, bloquea la respiración y despierta un rosario de emociones secundarias que luchan entre sí en base a multitud de deseos contradictorios. Y todo porque la seguridad del pequeño “yo”, existencial se ve amenazado y eso da lugar a miedo, ira, rabia, coraje.....

La aceptación, en estos casos, no consiste en aceptar la situación en sí, que a veces se hace bastante difícil, sino la propia rabia, impotencia y miedo que ella genera. Esto nos ayuda a crear cierta intimidad con nuestros estados interiores y a descubrir formas saludables de canalizarlas para darles salida: En estos casos , respirar, dar un simple paseo, saber expresar nuestros sentimientos o dar curso a alguna actividad que nos guste, pueden obrar milagros. Pues en este primer acercamiento, el fuego que invade nuestro interior anularía cualquier proceso de indagación.

Cuando las emociones ya se van sosegando y somos capaces de objetivar el fuego emocional, ya estamos en la posición adecuada para entender como la mente, y su miedo a enfrentarse a lo desconocido, es la que lo estaba generando. Y esto abre un espacio entre el movimiento que se está produciendo en la superficie, y las capas más profundas de la Conciencia que lo permiten constatar.

Seria ideal no necesitar del sufrimiento para crecer. Pero cada día la experiencia nos demuestra todo lo contrario: las grandes crisis, se convierte en el gran revulsivo que nos obligan a salir de la comodidad y del ostracismo. Mientras la mente fluye por cauces en donde todo resulta placentero, no parece necesario que sea cuestionada, pero cuando se convierte en portadora del sufrimiento, la propia urgencia por liberarnos de él , hace que nos afanemos en desenterrar las causas que lo originan, y así conocer si su existencia tiene algo que ver con lo Real.

El hecho de comprender que puede haber dolor sin sufrimiento, porque el dolor forma parte de nuestra existencia humana, pero el sufrimiento lo generamos con el pensamiento, al oponemos a lo que trae la vida, permite el aquietamiento y la disolución de ese hervidero que había dado origen al temor, la ira o la rabia. Y a través de esta rendición y sosiego mental permitimos que se trasparenten nuestras capacidades globales de SER, AMAR y CONOCER impersonalmente, que permanecían sin ser tan siquiera reconocidas detrás de todo ese tumultuoso ruido.

Y la nueva perspectiva se manifiesta como un estado de Presencia silenciosa. El SER, que hace posible cualquier situación de vida. El Ser, que junto al Amor acoge y abraza una y otra vez a nuestra pequeña “persona herida y maltrecha” y la reconduce desde el mundo fenoménico en el que se había quedado perdida , para descubrirle que existen otros espacios en donde la Paz y la Bienaventuranza no sólo son posibles, sino que son nuestro estado natural, pase lo que pase en el mundo cotidiano de las formas.

Entonces la aceptación se convierte en rendición, ya que no es algo a conseguir por un supuesto “yo” para evitar el sufrimiento, sino que es el fruto del abrazo en donde el pequeño yo existencial, deja de creerse independiente y con voluntad propia, para fundirse e integrarse dentro de los designios de un YO mucho más amplio, Conciencia Pura, que con su inteligencia incluye y maneja el universo entero, y que desde el Corazón de cada uno, irradia luz, equilibrio y compasión.   

sábado, 1 de junio de 2013

Vedanta práctico






Hay un Vedanta Práctico que tiene que ver más con los hechos, que con dichos, y que en seguida nos saca un espejo para que veamos que es lo que hacemos y como lo hacemos. Y para que comprobemos si concuerda o no con lo que decimos. Él siempre nos da un toque de atención para que bajemos de las alturas, pongamos los pies en la tierra y salgamos del mundo de las palabras, de las frases bonitas y del conocimiento de segunda mano. Y para que nada mas saltar de la cama cada mañana , nos posicionemos adecuadamente y comencemos humildemente nuestro día a día desde donde realmente estamos, y no desde donde nos gustaría estar.



Ese momento, el del despertar, es una buena ocasión para constatar nuestra tendencia a comenzar nuestro estado de vigilia a prisas y semi-inconscientes. De reconocer que enseguida nos queremos vestir con el traje de la  individualidad, (que sólo es un manojo de experiencias pasadas). Y de ver como damos entrada en nuestra cabeza a una turbulencia de ideas (como esas que usan los ejecutivos), que no respetan el ritmo de la vida, las necesidades de nuestros cuerpos, ni las de los demás seres y compañeros en esta aventura universal que es el existir.



Si en esos momentos nos paramos, respiramos y sosegamos la mente,  y antes de emprender cualquier acción nos preguntamos ¿que me lleva a hacer esto o lo otro o a actuar de esta u otra manera ? o ¿que es lo que siento en este momento? Saltarán indicadores que hablarán de los sentires  más variopintos. Sentimientos y emociones que se ocultan tras bambalinas y tapan frustraciones y angustias , y que son los que salen disfrazados bajo una agenda repleta de actividades y bajo una cabeza amueblada con aquello de  “quiero o no quiero” o “a quien quiero o no quiero ”. Porque el “yo” tiene ahí su territorio comanche .



Y esos sentires se reparten a un cincuenta por ciento, porque

Sentimos sintonia con los que piensan igual que nosotros, nos aprecian y con las cosas que nos gustan y

Nos sentimos incomod@s con los que no nos aprecian, nos olvidan .....y un largo ecétera de nos.



Así que honradamente hemos de reconocer que cada día, si damos recorrido a la mente, nos encontramos con un 50% de la vida que nos gustaría excluir, rechazar o en el mejor de los casos pasar de puntillas por encima de ella, de medio lado o hasta en un derroche de generosidad, tener la grandeza de perdonar de que sea o haya sido así.



Pero eso, a nosotros, indagadores comprometidos, Vedantines prácticos, no nos vale. No nos vale porque eso no erradica el conflicto y la confrontación de nuestras vidas. Y nosotros queremos expresar en la acción lo que la comprensión nos ha hecho entender. Que más allá de nuestros estados mentales y emocionales, somos Sabiduría y Amor infinitos. Y esa Sabiduría y Amor infinitos no saben de particiones ni de negociaciones de tantos por ciento.



Dice Nisargadatta “El Amor dice “Yo Soy Todo” y la sabiduría dice “Yo Soy Nada”, entre ambos fluye mi vida. Y esta frase es un buen poste indicador que nos llevará a remover hasta lo más profundo de las entrañas..



Porque , ¿que es eso de ser Todo y que conlleva?, ya que cuando decimos “ No soy Nada”,  en principio podemos estar afirmándo nuestra comprensión, aunque sea sólo intelectual. Pero aún queda por confirmar si nuestro aspecto humano y sombrío, con sus pares de opuestos está integrarlo,  (el nuestro..., el de nuestro vecino, el de toda la humanidad que llevamos dentro). Una frase que adelanta posibilidades, pero que hay que demostrarla en los hechos, ya que eso es el resultado final de una larga y firme andadura, pero exije un trabajo previo en donde la purificación interior anule la interferencia del ego y uno se haya descubierto antes como el “Yo soy todo”. que ha trascendido las limitaciones de la mente.  (que es la que crea los cincuentas por ciento y la dualidad ). 

La Unidad Absoluta con todo lo creado, que es Conciencia Pura al cien por cien, da recorrido al Amor del Ser que se refleja en cada pequeño acto,  que aporta calidez y claridad a cada situación en la que nos encontremos, con cada persona con la que dialoguemos.... Y así concuerdan nuestros dichos con nuestros hechos y somos Vedantines Prácticos, en donde todas las virtudes puedan florecer.