martes, 21 de agosto de 2012

El empujón



El individuo es el que necesita el empujón, la mirada, para darse cuenta que no hay individuo. La búsqueda comienza con el individuo y termina con la aniquilación del mismo.

R. Balsekar


Cuando la propia mente entiende que es una proyección de la conciencia y de que no tiene ninguna posibilidad de existir sin su Luz, comienza el camino de regreso a casa, en donde el mundo que percibimos , el de la dualidad y de los opuestos, del tiempo y del espacio, el de las ideas y de los sentimientos, empieza a ser revisado hasta encontrar que no tiene mas realidad que la que le otorga la conciencia que lo alumbra.

Esa sencilla actitud de cambiar el centro, de lo personal a lo impersonal, y de ir descartando los hábitos que nos inducen a responder como un individuo, abren las puertas de una dimensión, que nos acerca a la plenitud, a la Paz y a la Unidad.

Y la vida se descubre como algo vivo que se renueva a cada instante, en un continuo presente, en donde la inteligencia que da forma a todo, cabalgando sobre los opuestos, permite la transparencia de lo Real.

viernes, 17 de agosto de 2012

Lucidez e inconsciencia

La vivencia de plenitud es inherente a nuestro SER,  y no producto de las experiencias que nos toca vivir, por muy maravillosas que sean.

Pero a la mente le gusta apropiarse y gozar de ellas y siempre encuentra estrategias para distraernos de nuestro estado puro y natural, el del SER. No el de ser esto o aquello, ni del tener esto ni aquello, si no, el de sencillamente SER.

Por eso estar conscientes y atentos en cada momento de nuestra vida, permite morir al pasado psicológico y vivir espontáneamente, sin que el hábito repetitivo (de esto me gusta o esto no) guíe nuestras acciones.

Y cuanto más conscientes vamos siendo de esos momentos en que los pensamientos o las emociones nos llevan a identificarnos con ellos, antes nos liberamos de quedar atrapados en la inconsciencia....


Hasta ahora su vida fue oscura (tamas) e inquieta (rayas). La atención, el estado de alerta, la conciencia, la claridad, la viveza, la vitalidad, todas son manifestaciones de integridad, de unidad con su verdadera naturaleza (sattva). La naturaleza de sattva es reconciliar y neutralizar a tamas y rajas, y reconstruir la personalidad de acuerdo con la verdadera naturaleza del ser. Sattva es el sirviente fiel del ser, siempre atento y obediente. ( Nisargadatta)

miércoles, 15 de agosto de 2012

Vivir y convivir






Se pueden observar diferencias entre los hombres, pero no separaciones; contrastes, pero no oposición. Jean Klein

La vida invita a convivir, tanto con nuestro interior como con el resto de personas y acontecimientos. Y para que esa convivencia sea madura, hemos de estar abiertos,  receptivos, y dispuestos a traspasar el escudo defensivo con el que nos quiere vestir el ego.

Durante mucho tiempo nos dedicamos a cultivar una mente temerosa, preocupada sólo en  lo que le pasa al cuerpo y en crear comodidades para él. Y mientras tanto se nos ha ido olvidado la pura dicha del vivir, que es nuestra vivencia de SER.

Y queremos encontrar la paz y la armonía, mientras seguimos albergando en nuestro interior resentimientos, ira y desunión. Y así las cosas no funcionan. Porque seguimos sin  responsabilizarnos de las limitaciones y contradicciones de nuestra naturaleza humana, y  repetimos historias desde de una mente que se relaciona siempre desde la memoria y que sólo conoce las mismas respuestas.

De ahí la necesidad de dar un giro radical, para que nuestro vivir se convierta en algo fresco y en continuo descubrimiento.

Porque la vida no es repetición. La vida es como un río que trae siempre agua fresca. Y lo que ocurre en cada AHORA, tiene una cualidad única que invita a ser vivida de manera inocente, nueva y espontánea. Por eso no vale lo aprendido.

¡pero nos cuesta tanto dejar a la mente tranquila!.
¡Nos hemos identificado tanto con ella!

Así que nuestro reto es encontrar la forma de estar abiertos a la vida, con lo que eso representa. Ver si estamos maduros para relacionarnos pacíficamente entre seres humanos cuyos pensamientos, sentimientos y reacciones fluctúan constantemente en busca de cumplir con sus propias inquietudes.

Por eso hemos de cultivar nuestra Vivencia de Ser y asentarnos en nuestro Centro, para permanecer vacíos hasta de la última gota de agresividad y defensas. 
Porque es el nivel de la mente, el que nos hace reaccionar. Reaccionar ante nuestro propio mundo emocional interior y ante las personas o sucesos que acontecen en nuestra vida, ya que la naturaleza de la mente es dual y en ella se dan la alternancia de los opuestos: triunfo, frustración, alegría, dolor, pena o goce.

Es el “yo” existencial, la idea de ser una entidad individual, lo que crea los problemas. Por eso cuando en nuestro acercamiento a la Verdad, nos situamos adecuadamente, sin las defensas de lo “mio”, nuestra Conciencia impersonal, esa que siempre somos, más allá del “yo” o “lo mío”, hace que fluyan la palabras justas, la respuestas adecuadas, y las acciones correctas.